miércoles, 25 de marzo de 2009

Caracol de Otoño (a título provisional) IV

I
http://nereaferrezpoet.blogspot.com/2008/11/caracol-de-otoo-ttulo-provisional.html
II
http://mahaaht.blogspot.com/2008/12/caracol-de-otoo-ttulo-provisional.html
III
http://nereaferrezpoet.blogspot.com/2008/12/caracol-de-otoo-ttulo-provisional-iii.html

IV

No fue ni el yet lag ni la desorientación típica del primer paso en una ciudad lo que le hicieron dudar del camino hacia la Verdad, su verdad, no estuviera abriéndose por primera vez bajo sus pies, en aquel momento más que en cualquiera de todos sus viajes a lo largo de los cuatro puntos cardinales.
Aún así, no podía eludir el compromiso con los organizadores del evento sobre el comercio justo en la Casa de Cultura que se alzaba en los mismos cimientos que un antiguo palacete de nobleza caduca remodelado con el arte moderno que hacía chirriar toda la estructura.
Agarrado a la funda de su cámara reflex como si aquello fuera el bastón del más anciano bajo el sol, se acercó hacia él un hombre de intensos ojos negros como la pez que le hicieron sentir mareado.
- Bienvenido, te estabamos esperando. Soy Lázaro Torres, el organizador. Si me acompañas, te enseñaré qué fotos hemos seleccionado de las que nos mandaste.
Tocó su frente que se había perlado repentinamente de sudor mientras dejaba en el suelo la funda. El anfitrión se le quedó mirando un instante, con el brillo de la condescendencia en sus ojos de asfalto.
- Si te encuentras mal te puedo traer una manzanilla o algo...
- No, estoy perfectamente. Sólo hace un poco de calor. Veamos esas fotografías.
Retomando el maletín siguió a Lázaro por la exposición, viendo sus propias fotografías pender de hilos metálicos sobre una pared blanca casi recién encalada. La mayoría de sus instantáneas estaban en blanco y negro. Tan sólo aquellas de los rostros humanos a lo largo de los continentes se veían a pleno color.
- Estamos muy orgullosos del resultado - comentó Lázaro cuando le acompañó hasta la mesa desde donde daría la conferencia -. Esperamos una buena acogida del público, ha habido una amplia difusión de tu conferencia aquí. Hay algunos que te consideramos casi un erudito en el tema.
Sonrió, cansado por el empalagante cumplido que ya había oído en cientos de bocas antes. Preparó la respuesta como la bala que cae de la recámara, aquella respuesta estudiada y memorizada a la fuerza del uso. Hubo algo que le detuvo en su disparo.
Lázaro se había vuelto para mirar a una joven, la primera visitante. Sintió como le recorría un escalofrío cuando su mente relacionó la piel canela de la joven con la de la última mujer que vio antes de tomar el avión.

Muerte

Morir
no es la peor de las condenas.

La muerte
es el principio de todas ellas.

Esa misma muerte
que desde el nacimiento
va ligada a la vida.

La misma muerte
que amenaza
en cada recodo de la senda.

Esa muerte
que acude al final del túnel
con su capa negra
y su guadaña.

La muerte
que siega el trigo
antes de que llegue a crecer.

lunes, 23 de marzo de 2009

Pinktology

Nunca había visto un color tan bonito como ese. Ese brillo radiante de mil estrellas dentro de sí, los pequeños cristales como pequeñas fracciones del rubor de una joven inocente e íntegra.
Un color que alejaba las penas del corazón y se las llevaba lejos, muy lejos, volando entre las volutas tóxicas de los tubos de escape de los coches. El color que toda persona siente acercarse cuando las cosas comienzan a mejorar de forma repentina.
Pena que nunca haya visto ese color, ese mágico color capaz de levantar los pies de las aceras marchitas de las ciudades perdidas para llegar hasta Utopía, donde nada ronda siniestro apostado en las sombras y solo el rosa, el pomelo mágico de aquella saga épica, puede reinar.
Ese mágico rosa, que contenía toda la esencia de los rosas más dispares, por el que perder el juicio cegada por un instante en el rubor de su brillo, en la gloria de sus formas perladas como los labios semi abiertos de la lujuria en el alba. El color que hubiera sido capaz de convertirme a una nueva religión basada en el optimismo y la confianza.
Qué pena que no llegara a ver ese color, que mis lágrimas no saltaran al contemplar su belleza, que quedara del mismo color que las farolas nocturnas que recuerdan a los mosquitos libelularios dónde han de morir por acercarse más de lo debido a la luz.
Pena que nunca haya visto un color tan hermoso como ése.

martes, 17 de marzo de 2009

Never Surrender

Las baldosas de la ciudad, bajo la luz naranja, apenas dejan ver a la urbanita que otrora caminaba sonámbula por las calles infinitas de la ciudad dormida. La misma ciudad que, bajo una lluvia primaveral, recogió los versos perdidos de las canciones tristes de las cuerdas desafinadas de una guitarra perdida en el ego y la memoria.
Sintiendo en el esqueleto la vibración inexistente de las vías perdidas del metro suburbano, del tranvía ecológico con regusto a salitre y redes de pescar, el corazón se estremece con la viveza de un recuerdo exangüe que sólo vive en la mente de una idealista, demasiado perdida en sí misma como para ser consciente de todo cuanto pasaba a su alrededor hasta que no fue demasiado tarde.
El dolor y el rencor que siguen latentes en las sombras, esperando a una resaca antológica para retomar sus territorios ganados a la desidia, tarareando con los pies el ritmo de los acordes de las lágrimas de la pérdida y las voces rotas del largo fumar vital.
Las rodillas, curadas y peladas de nuevo de caer en la senda de las olas que arrastran la arena y las ramas después del naufragio, retoman el temblor de un nuevo callejón oscuro con un bar de medio pelo con letrero de neón titilador como estrellas caídas.
El regusto metálico de la venganza de la mala vida aún en el paladar cuando, al levantar la frente, después de que la espalda cruja del largo caminar, se conciencia de que, urbanita, nunca sucumbirá a la tragedia, que los humos tóxicos borran los rostros de la Humanidad tras los cristales verdes de los caleidoscopios noctámbulos.
Siendo consciente al fin de que, pase lo que pase, la fuerza de los golpes le ha enseñado a que nunca debe rendirse ante la piedra de cristal afilado del camino, que es más sabio esquivarla y seguir la senda, aunque los primeros pasos después de ello hayan de ser con las rodillas, aunque el sudor que perla su frente sea de la sangre que no brota de un corazón amputado.
La ciudad, oscura y solitaria, muestra a sus hijos bastardos cómo han de afrontar la derrota, como nunca han de caer entre el tráfico luminoso de la niebla oculta, como nunca han de ser derrotados, como ella ha sabido luchar a través de las décadas y la memoria.

jueves, 12 de marzo de 2009

Destino

Mis manos tendidas al sol apenas pueden eclipsar su luz, como las calles naranjas apenas pueden mitigar el dolor del último beso en tus labios de arena y sal.
Aquel beso en el que iba tu espíritu y mi esencia con él, lejos, muy lejos, a lo largo de la senda que se bifurca, separándonos, sin ruta capaz de unir nuestros caminos de nuevo.
Es posible que mi destino sea estar sola, vagando en los vahos etílicos de las noches, hasta que la vida decida cobrarme todas las noches en vela, hasta que me de cuenta, sólo cuando te has ido, de la falta que me hacías.
Porque la última vez que sentimos que el mundo era nuestro, yo no puse ni la mitad del sentimiento que tú ponías en cada beso. Porque nunca dejé que la magia fluyera libre como tú lo hacías cuando respirabas con una bocanada de viento inesperado.
Porque, puede que nuestros destinos solo fueran uno, el mismo, ligado desde la noche de los tiempos, es por lo que sigo sola, sentada en mitad del camino, consciente cuando ya es tarde de lo mucho que pesaba tu ausencia y lo mucho que reconfortaba tu compañía.

Wish

Quisiera saber rezar
que mis palabras llegaran
meciéndose
en el viento
hasta las nubes,
que se enredaran con ellas
y así llegar hasta donde tú estés,
en medio de las mareas
y la arena.

Quisiera que las olas
arrastraran mis lágrimas
lejos de mis mejillas
y se fundieran con el cielo
de un cián perdido
que fluye através de la lluvia
para que caiga sobre el trigo
y la menta.