domingo, 14 de junio de 2009

Slave's Harbour

La tormenta resuena, a lo lejos, entre las montañas en las que se esconde el horizonte; la senda, se emborrona con el barro y las lágrimas, las botellas a la deriva que la última tempestad llevó a la playa perdida de mi memoria y mis recuerdos de tiempos menos oscuros.
Los truenos anunciaron la lluvia que colmaría el alma rota, que le dejarían reluciente un modo de dejar de escabullir lo que realmente era, el perdido sentido de una máscara de carnaval.
La casa de la colina, donde antes moró el suave olor a una loción de afeitado de Nivea, ahora ve sus paredes recubiertas de quebranto, mientras sus muros se desvaratan. Quizá es el momento preciso de que las paredes hablen.
Los relámpagos alumbraron el cielo marchito de un bochorno adelantado, mientras el crepúsculo arrastraba el ataúd de un nuevo día.
Las enredaderas y las zarzas se ocuparon de tapar los restos de la era feliz de invulnerabilidad, donde la luz dorada caía sobre las sábanas blancas de la desposesión. Ahora, esas mismas sábanas se ven privadas del calor incendiario de los cabellos de menta y las costelaciones dermatológicas para cubrir los retratos cubiertos de polvo de las antiguas sonrisas.
La lluvia cayó desde los cielos en forma de llanto etéreo mientras un ave libelulária aún buscaba sus alas. Cayó sobre las ranas, las muñecas de trapo y porcelana, sobre las picas e incluso sobre la corona perdida de una reina olvidada.
Y viendo la casa de mi memoria habitada ahora por el espíritu de Mneme, que deambula errante entre la soledad de una fotografía en blanco y negro, siento que llegó el momento de avanzar hacia el puerto, refugiarme en el agua y esperar que las olas me demuestren cómo sigues morando entre ellas.

2 comentarios:

Nerea Ferrez dijo...

Ok, lo del fuego de los cabellos de menta ya sé por dónde va, pero:
La lluvia cayó desde los cielos en forma de llanto etéreo mientras un "ave libelulária aún buscaba sus alas. Cayó sobre las ranas, las muñecas de trapo y porcelana", sobre las picas e incluso sobre la corona perdida de una reina olvidada.
¿Lo de entrecomillas tiene algo que ver conmigo?

E.A.V. dijo...

Bueno... como ya te he explicado in situ es una poética forma de darte las gracias por ser la que siempre estaba ahí con el Betadine para las rozaduras de mis rodillas contra la grava del camino... aunque creo que en su momento lo de las ranas y las muñecas de porcelana también iba sobre mi misma... pero bueno... es lo que tiene la época de exámenes, que se nos perdonan los desvaríos...