¿Y qué si al final de esta estación en vez de flores marchitas lo que cubra el claro sean las hojas doradas de un árbol del Jardín de las Hespérides? ¿Y si las plumas de un héroe caído llegaran hasta tí, volando hacia el cielo cian que eran tus ojos?
¿Y qué si la primavera arrasara los campos de trigo y se llevara con ella las gotas de sangre derramadas en la tierra como amapolas? ¿Y si la lluvia viviera fuera del alma y fluyera por los ríos hasta el mar, donde las olas y la arena permanecen inmutables?
¿Y qué si los cuervos que vuelan en círculos sobre las alimañanas no se dignasen a descender en su místico vuelo carente de humanidad? ¿Y si fuera más real la sombra que proyecta una rapaz sobre el sol que su propio cuerpo?
¿Y qué si me diluyo entre las olas después de buscar la manzana dorada sin encontrarla, soltándome de la mano de Mneme y Melpómene al fin? ¿Y si viajara lejos, más allá de Ítaca y consiguiera la moneda para volver de Estigia?
¿Estarías dispuesto a tomar mi mano y dejar los mares y los cielos para volver al algodón blanco de lo desposeído?
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