miércoles, 12 de noviembre de 2008

Punto Isosbéstico

¿Por qué no?

Porque no se puede estar siempre esperando que los demás se tiendan a tus pies mientras tú permaneces en lo alto de un templete de charol y arrogancia.

¿Por qué no?

Porque no se puede pedir sangre a un hipotenso, a menos que quieras acabar con él. Bastante tiene la sociedad con lo que tiene como para ir suicidando a la gente gratuítamente.

¿Por qué no?

Por el gasto excesivo que supone anualmente el dentista, el fisioterapeuta, el personal trainer, el Pilates y la Visa del Corte Inglés. Tantas cifras oscilantes producen una lenta y dolorosa endodoncia del alma.

¿Por qué no?

Porque entonces Bernuillie fallaría y todo sería el caos, el vacío denso y absoluto del agujero negro que se abre a escasos milímetros detrás de tu cabeza.

¿Por qué no?

Porque supondría renunciar a una mitad de ti, y las personas con trastorno bipolar no pueden hacer ese tipo de cosas. De todos modos, serías incapaz de decidir cuál de ambas sacrificar.

¿Por qué no?

Porque entonces no existiría un punto isosbéstico que hiciera coincidir los espectros de las espinas clavadas en la calavera, en el cuervo, en la muñeca de porcelana e incluso en la Reina de Corazones.

Simplemente porque es difícil pensar que día que pasa, día que te acercas y alejas en una órbita cada vez más excentrica, divergente de todo tanteo posible de hacer, desplazando los espectros de absorción por encima de cualquier cero conocido.

Simplemente, porque descolocas el punto isosbéstico al clavar una n-ésima espina.

4 comentarios:

Miguel Ángel Yusta. dijo...

Gracias por tu visita. También yo he encontrado un hermoso blog de una "piscis" ajetreada...me encanta venir...Besicos

Nerea Ferrez dijo...

hola nena, me gusta mucho el dibujo que tienes puesto.
¿nos vemos el martes?
un beso, reina.

E.A.V. dijo...

Hoy nos vemos, mi matrushka favorita... muchas gracias por venir hasta aquí a los dos.

Nerea Ferrez dijo...

gracias a ti por ponerme el contador, soy una negada para las nuevas tecnologías... donde esté mi pluma y mi tintero...